martes, 16 de junio de 2015

¡Nuevo descubrimiento Maya!

Investigador de la UNAM descifra glifo maya y nombre de la tumba del rey Pakal

Este glifo permitió leer, por primera vez el nombre de la tumba del rey Pakal. // Foto: Cuartoscuro.
El investigador del Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, Guillermo Bernal Romero, descifró el glifo maya yej o T514, que significa filo y con lo cual se podrán comprender a detalle alrededor de 50 inscripciones de carácter bélico de esta cultura prehispánica.

Entre las inscripciones que contienen este glifo destaca el nombre de la tumba del rey Pakal, que a 63 años de su descubrimiento por el arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier, hoy se puede descifrar como “La casa de las nueve lanzas afiladas”.

En entrevista con Notimex, Bernal Romero indicó que la primera vez que alguien dibujó y fotografió este glifo fue el dibujante del arqueólogo inglés, Alfred Mosley, a principios de siglo XX en Palenque, y que el ejemplo más antiguo que se ha encontrado es en un registro de prisioneros en narrativas guerreras en Dzibanché, al sur de Quintana Roo del año 500 D.C.

Y además de estar en Palenque, se encuentra en Dos Pilas y Piedras Negras, Guatemala; Tortuguero, Tabasco y Toniná, Chiapas, entre otros lugares.

Los glifos mayas regularmente representan objetos de la vida real, no obstante por décadas se intentó descifrar éste sin éxito ya que su “forma lobulada como con unas estrías y una ondulación superior a primera vista no parecía nada concreto e identificable”, señaló.

El investigador dijo que estudiando el glifo y buscando los datos esenciales que llevaran a su significado, se observó que éste tenía “un complemento fonético inicial Y, y un complemento final que era g, lo cual indicaba que lo más probable es que empezará con una sílaba Y y terminará con una consonante J, así que una de las posibilidades es que la lectura de ese glifo misterioso fuera Yej”
Luego Bernal Romero pensó que si era algo que cortara tenía que ser como un diente, de modo que revisó dientes humanos para ver si podía identificar la forma del glifo, pero no se parecían a éste. Continuó la búsqueda pensando en que tal vez se trataría del diente de un animal “como un tiburón o un jaguar, algo que cortara mucho”.

Así, el investigador revisó los dientes de jaguar y “al verlos de frente no se parecían, pero cuando vi las fauces de perfil distinguí el glifo en el molar superior”.

La coincidencia de la forma del glifo con la del diente del jaguar, tiene sentido “porque los mayas habían escogido un elemento de la naturaleza cortante, muy filoso que es el molar superior del jaguar para expresar un adjetivo que es yej y que significa filo”.

Y si bien los mayas pudieron escoger cualquier elemento cortante de la naturaleza como el diente de otro animal, escogieron el del jaguar porque es un animal que está relacionado con la guerra, dijo el especialista, pues “de hecho, el dios sol jaguar del Inframundo, la entidad patrona de la guerra en muchas ciudades mayas tiene un aspecto de jaguar y con el mundo subterráneo”.

Bernal Romero agregó que el siguiente paso en el proceso de desciframiento fue comprobar que esa lectura tuviera sentido en el contexto de las inscripciones. “Se sabía que ese glifo se asociaba muy a menudo con otro, que es te, (lanza), entonces yej te, significa lanza afilada, lo cual tiene sentido, afirmó.

Al buscar otras expresiones y analizarlas se observó que todas tenían que ver con un cuestiones bélicas como “un señor fue capturado por la lanza afilada“, “Pakal capturó a prisioneros con la lanza afilada y con la de un dios”.

Agregó que otros glifos que tienen relación con los objetos que representan son: Otoch, (casa) es un glifo que tiene como un techito como de palmas; Tok’ (pedernal) es como una figura caprichosa con filos, que son las muescas del cuchillo de pedernal y el glifo pakal, que es un escudo.
Pues “es algo muy común en los mayas, porque lo que querían era tener efectividad en la comunicación, que el lector identificara a la primera la palabra que se estaba representando”.
Finalmente, comentó que existen alrededor de mil 500 glifos mayas diferentes, de los cuales entre el 15 y 20% siguen sin descifrar.

© Proporcionado por Animal Político
Notimex.

jueves, 4 de junio de 2015

Datos curiosos del mundo maya


Adelantos científicos

Al igual que otras civilizaciones mesoamericanas, los mayas utilizaban un sistema de numeración de base veinte (vigesimal) y de base cinco. También los mayas preclásicos (o sus predecesores olmecas) desarrollaron independientemente el concepto de cero alrededor del año 36 a. C.(Este es el primer uso documentado de un cero como lo conocemos hoy en día, aunque los babilonios mucho antes habían desarrollado un parámetro de sustitución-0 que sólo se utilizaba entre otros dígitos), vale decir que parecen haber estado usando el concepto de cero siglos antes que en el viejo mundo, y las inscripciones los muestran en ocasiones trabajando con sumas de hasta cientos de millones y fechas tan extensas que tomaba varias líneas el poder representarlas. Produjeron observaciones astronómicas extremadamente precisas, sus diagramas de los movimientos de la Luna y los planetas son iguales o superiores a los de cualquier otra civilización trabajando a simple vista.

 Calendario

Asimismo, como otras civilizaciones mesoamericanas, los mayas descubrieron una medida exacta de la duración del año solar, mucho más exacta que la usada en Europa con el calendario gregoriano. Sin embargo, no usaron este modelo de duración en su calendario. En cambio, el calendario maya se basó en un año de duración exacta de 365 días, lo cual significa que el calendario tiene un error de un día cada cuatro años. En comparación, el calendario juliano usado en Europa desde tiempos de los romanos, hasta el siglo XVI, acumuló un error de un día cada 128 años. El calendario gregoriano moderno acumula un error de un día cada 3257 años, aproximadamente. 

Concepción del mundo 

Los mayas concebían al cosmos compuesto por 13 cielos, uno sobre otro, siendo la tierra la capa más baja. Sobre cada cielo presidían trece dioses, llamados los Oxlahuntikú. Bajo la tierra había otros nueve cielos, también en capas, sobre los que presidían los Bolontikú. El último de estos cielos era el Mitnal, el infierno maya, reino de Ah Puch, señor de la muerte.
Creían que, antes que el suyo, habían existido otros mundos destruidos todos por el diluvio. El mundo actual era sostenido por cuatro hermanos guardianes llamados Bacabes, localizados en los cuatro puntos cardinales. En el centro del mundo maya se encontraba el Yaxché, o ceiba sagrada, cuyas ramas se elevaban a los cielos y cuyas raíces penetraban en el inframundo. 

 Ritos

Las pirámides son sus templos y los fieles asistían a las ceremonias al aire libre, abajo y al frente, de la pirámide-templo. Solicitaban de sus dioses los dones de la vida, la salud y el sustento, a cambio de los cuales realizaban una serie de ofrendas y de ceremonias purificadoras inmersas en un complejo ritual. Practicaban los flechamientos y arrojaban a los niños, doncellas y piezas de oro al Cenote Sagrado de Chichén Itzá, como ofrenda al dios Chaac. El autosacrificio tenía muchas variantes, como por ejemplo cuando ellos se sacaban sangre de diversas partes del cuerpo con punzones de hueso o espinas de maguey y ofreciéndolas en tiras de papel.
 
 
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